lunes, 30 de junio de 2008

Los buenos también ganan


Es un título ingenuo, lo sé, pero es que estoy feliz de que España haya ganado la Eurocopa. No soy muy futbolero, pero hace rato que no veía ganar un torneo al equipo que mejor jugó (y al que me nombre a la Liga le pateo, francamente), al equipo que más goles hizo, más remates al arco, mejor juego en conjunto, en definitiva, al más mejor que se dice.

Hace algunos años nació, en la misma Europa, la moda del juego defensivo, de quedarse teniendo la pelota en medio campo, de esperar, esperar y esperar un error del rival para, cogiéndole en falta, salir corriendo y rematar al arco, el contragolpe que se dice. Lo malo de este sistema es que estos europeos, tan metódicos ellos, empezaron a jugar así siempre y el asunto se empezó a volver aburrido. El colmo del asunto llegó, precisamente, en la pasada edición de la Euro: por primera vez quedó campeón el equipo griego, con un juego basado en esperar, en no jugar ni dejarle jugar a su adversario hasta que llegue el error, la suerte o los penales. Grecia campeón, para felicidad de su gente e indignación de todos los demás. Autogolazo merecido al statu quo futbolístico. Lo mismo con la Liga de Campeones: un Rangers-Panatinaikos era más entretenido que el cacareado Manchester-Real Madrid, claro, se tienen tanto respeto y se conocen tan bien que la mejor solución para no perder es mandarle 4 defensas encima al delantero contrario. Con eso solo ganan los vendedores de boletos, los de cerveza, los auspiciantes y los dueños de los derechos de transmisión. ¿Y el público? Pues a seguir alimentando la ilusión de haber visto buen fútbol solo por los membretes, que para eso el marketing es buenísimo, igual estamos tan acostumbrados a mamar lo que nos pongan en frente que tampoco importa tanto.

Que un equipo tan aburrido, arrogante y sucio como el de Italia sea campeón mundial solo da la pauta de lo mal que anda el fútbol, de cómo, en palabras del Rafico, la larga noche neoliberal se infiltró hasta el punto en que lo que importa en estos días es el ganar-no-importa-cómo. La lógica empresarial más caricaturesca se impone como premisa de juego, el costo-beneficio y la ramplona suma de puntos llevan a la cima del escalafón de la FIFA, solo así se explica que otro equipo aburrido, lento y pretencioso como el brasileño esté siempre en el primer lugar, cuando hay selecciones como la misma España, Holanda, Rusia o Venezuela que le ponen más corazón al asunto, brindan más espectáculo y alegría, más… más… ¿cómo es la palabreja ésta?… ¡ah, fútbol!

Por eso celebro que los españoles hayan ganado, porque no tenían miedo de jugar, de divertirse, de inventar, porque poco les importó que los italianos tengan la Copa del mundo agarrando polvo en su vitrina, que los rusos venían con toda la viada o que los alemanes les pasaban por 10 cm. en promedio y son tricampeones mundiales. Me alegro porque no sólo ganó el buen fútbol sino también la alegría, porque perdió el cálculo, porque recuperé, al menos ese día, la noción de que, en ocasiones, los buenos también ganan.

martes, 24 de junio de 2008

Constitución para Dummies



¿Si o no? que leer y analizar la nueva constitución es misión imposible para la mayoría de los ecuatorianos, esa palabrería legal es para iniciados que pueden no solo entender lo escrito sino sus alcances cotejados con otras leyes, constituciones o con realidades económicas, políticas y sociales. La mayoría aunque tengamos el texto completo publicado en los periódicos no lo vamos a leer y comprender a cabalidad para recién entonces tomar una decisión consciente y responsable.

En este mundo especializado donde cada zapatero solo tiene el tiempo para su zapato, la tarea de estudio y debate de los articulados se delega a expertos entre políticos, juristas, sociólogos y demás que desde los medios masivos nos dan masticando la sofisticada chanfaina legal para darnos a nosotros, los no iniciados un bolo alimenticio pre digerido para dummies. Hasta ahí todo perfecto, hasta me siento en deuda con semejantes benefactores, pero ¿que tal si lo pre digerido no es lo que pretende ser?, imagínese que el papá palomo llega a alimentar a su palomito pero cuando éste abre confiado su pico recibe una piedra en vez de un nutritivo gusano.

La tan cacareada democracia presupone una participación del pueblo en su propias decisiones pero es una ilusión cuando éstas son tomadas a partir de un paisaje irreal, montado con astucia por equipos de estrategas mediáticos. El informe de Fundamedios sobre la cobertura dada por seis medios televisivos al trabajo de la Asamblea evidencia las fallas de la prensa para ayudarnos a entender la nueva constitución en construcción.

¡DE ESPANTO¡


El informe revela que aproximadamente el 50% de las notas periodísticas cubren una sola fuente, que el 70% de ellas están basadas en opiniones, que más del 50% de los periodistas directa o indirectamente en sus coberturas se identifican con una de las partes en conflicto la mayoría contra el Gobierno, que los pocos conflictos internos han recibido más atención que las leyes y artículos tratados, que los enfoques o frames más usados para contar la noticia son los de las Consecuencias (lo negativo que eventualmente podría suceder si…) o del Conflicto (muletilla sensacionalista).

Responsabilidades

Como persona común de a pie, quiero ser un ciudadano responsable y por ello trato de informarme para concurrir a las urnas con libertad y conciencia pero la verdad es que por más que me esfuerce (y lo hago) es muy difícil que de pronto me vuelva un viejo zorro constitucionalista y entienda todo por lo que voy a votar, acá toca como dicen por ahí, confiar en lo poco que se sabe, en la intuición y esperar no equivocarse. Esa es mi responsabilidad y mi límite pero al igual que la mayoría de votantes mi decisión depende de lo que se del proceso constituyente, entonces encuentro que una responsabilidad mucho más grande recae sobre quienes difunden la información y la transforman en algo más digerible para la gran población. Mucha gente cree exagerado confrontar a los medios exigiendo mayor responsabilidad en su ejercicio pero mucho más allá de su propia libertad de expresión hay que poner en claro que ellos tienen un papel crucial que cumplir en esta sociedad y es una realidad que ellos pueden pintar un SI o un No en la mente de la gente dándonos la impresión de que es una decisión propia, como cuando te da ganas de beber algo justo cuando ves una propaganda de cerveza. No se trata de subestimar las capacidades para discernir de la gente sino de enfrentar que si no se dispone de la información en cantidad y calidad necesarias de lo que pasa con la Asamblea Constituyente esta decisión no tendrá nada de libre ni consciente.

Hay dos grandes responsables de generar y difundir esa información, por un lado la misma ANC y por otro los medios de comunicación privados que mediante noticias, editoriales, entrevistas y debates nos dan insumos para que, quienes no podemos ir personalmente a Montecristi nos formemos una opinión.

La Asamblea ha empezado tímidamente con una campaña de difusión de lo trabajado, el canal público cubre las sesiones del pleno en vivo y existe una página web donde se publican los artículos aprobados, pero ECTV no cuenta con gran sintonía por lo tanto no tiene mayor impacto al igual que el sitio web. Sin embargo, la preocupación más grande está en que la mayoría de lo que se sabe de la Asamblea se obtiene de los grandes medios privados que según Fundamedios, están lejos de ser buenos proveedores de información de calidad sobre el proceso constituyente.

A poco más de un mes del Referéndum, los ecuatorianos se aprestan a votar prácticamente a tientas, basados en corazonadas o lo que es peor en pseudo noticias o rumores nada inocentes que han copado los noticieros y que luego pasan a las conversaciones de café de todo el país.

Más allá del SI o No, la pregunta es ¿Cómo podemos disponer de la información necesaria para que el referéndum sea un verdadero ejercicio democrático y no una operación de marketing?

Andrés Chiliquinga

lunes, 23 de junio de 2008

Mi camarada



La llamo mi camarada porque se las da de rojilla radical, pero no es izquierdosa ni mucho menos, yo diría más bien que es de centro. Pesada, molesta y corta notas, la vengo tolerando desde los trece, creo. Al principio se atrasaba todo el tiempo y yo, traviesa como era, me la pasaba cruzando los dedos para que llegara; afortunadamente con los años, se ha vuelto puntual, y yo mas precavida. Con ella cada mes es un borra y va de nuevo. Si estoy susceptible es porque la espero de un momento a otro, si estoy irritable es porque llegó, y si estoy feliz como castañuelas, es porque se fue. Mi camarada es rutinaria y predecible casi como yo misma. La experiencia me enseñado que las decisiones importantes no debo tomarlas en su presencia, lo más probable es que me equivoque. Si hoy escucho Luis Armstrong y mañana Juan Luis Guerra de seguro ella tiene que ver. Si alguien me cae mal repentinamente, es ella que mete cizaña. Si tengo un nudo en la garganta, si me veo gorda, si todos son unos ineptos, si me ha salido un barro en la nariz…es la susodicha.

Como mi inseparable que es, los amigos íntimos, naturalmente, la llegan a conocer, y a veces no de la mejor manera, de hecho, hay algunitos entre desprevenidos e inexpertos, que han tirado la toalla, pero hay otros, más cancheros, que no se dejan intimidar, de esos, que la tratan como a vieja amiga, y hasta le ponen sobrenombres, unos mas curiosos que otros: la suegra, la visita, la bandera roja, la hermana fea, en fin. Hubo uno muy simpático que la llamaba Noches del Oscar, porque esas noches, seguro, las dedicábamos al cine.

Según las circunstancias, puede llegar cargada y temperamental, como este último mes, que me puso, como un campo minado, lista para estallar, hasta con el roce de un pétalo, y como era previsible, cayó la primera víctima, un pobre inocente, que ha salido por los aires, volando en pedacitos. De hecho ahora mismo estoy juntando las partes, a ver si logro dejarlo como antes.

Así es mi camarada, la conozco bien; después de la tempestad, vendrá la calma, se marchará dejándome a punto de caramelo: flexible y pegajosa. Y aunque sea por pocos días, todos mis sentidos alcanzaran el nirvana, en esos días, la magia existirá, la música sonará mejor que nunca, cualquier hijo de vecino se pondrá más bueno que George Clooney, todo lo que pruebe me sabrá a gloria, y estaré, como en el otro caso, lista para estallar hasta con el roce de un pétalo.


S. Rita de San Marcos

martes, 17 de junio de 2008

hablandito nomás

-Pasaban dos gallegos frente a un cartel que decía: "ACEROS INOXIDABLES", entonces el uno le dice al otro: ¿qué dices... nos hacemos?

-Una chica orando en la iglesia: ¡Señor... si no puedes hacerme más delgada, por favor vuelve gordas a mis amigas!.

lunes, 9 de junio de 2008

siempre habrá vasos vacíos



Estos días entre mis amigos han circulado unas amargas cadenas de e-mails sobre la gestión de gobierno. Bien la discusión y sobretodo la catarsis de poder decir lo que pensamos y sentimos, pero a la hora de las cuentas claras y el chocolate espeso es mejor poner las cosas en su sitio.

No puedo creer que creciditos como estamos, caigamos en las falacias mediáticas de lo que hace o no la Asamblea. Basta con encender la tele o abrir un periódico para notar que la prensa no informa sino desinforma, eleva el chisme a categoría de noticia y lucra del raiting que trae consigo el escándalo. En todos los meses que han "cubierto" el trabajo de la asamblea le han dado amplios espacios a la espectacularidad de temas que nunca se propusieron en los articulados, ahí estaban semanas dedicadas al placer sexual bajo el supuesto gratuito y lucrativo de que se quería incluir como derecho en la constitución, igual pasó con lo del escudo, a los periodistas no les importó escuchar repetidamente de boca de Tania Hermida o de Alberto Acosta que nunca se propuso el cambio del escudo, muy lejos de aclarar el mal entendido organizaron foros de crítica contra la idea del supuesto articulado en ciernes y hasta presentaron bocetos de un nuevo símbolo patrio. Así, nos hemos enterado de que la "Asamblea es otro congreso", de la "socialización de la propiedad privada" y otras bolas rodadas con sospechosa coordinación por todos los medios, en cambio no han informado nada o casi nada de los 57 artículos ya aprobados a pesar de que, a diferencia de la constitución a puerta cerrada del 98, la actual ha abierto todos los canales posibles para la transparencia.

Leo los correos y me asusto viendo que en algunos casos son esos chismes los argumentos de la bronca, en otros, es la bronca por la bronca misma, o sea la simple necesidad de quejarse de frustraciones antiguas e indeterminadas que no tienen mucho que ver con el objeto sobre la cual se descarga, la tendencia a sentir que todo está mal y va para peor, entonces para justificarla o pretextarla se hacen asociaciones gratuitas como que si Correa es gritón ergo es un dictador, que si no compone todo a la medida del pensamiento de cada quien es antidemocrático, y de pronto se encuentran repitiendo esos rumores ridículos.

He llegado a un punto en que me da pereza estar peleando contra un sentimiento más que ante argumentos, de alguna manera, se está volviendo una guerra de puntos de vista, no de ideologías o proyectos. Muchos están pendientes de los errores que por supuesto existen y seguirán apareciendo, la mayoría de ellos de forma, que si el presidente dijo gordita horrorosa, bestias salvajes, que infantilismos de izquierda... Pero no cotejan estas metidas de pata con los aciertos que también existen. Según esos ojos, acá parece que todo está mal, el vaso siempre está medio vacío.

Yo por mi parte, veo muchos avances que no he visto en años, iniciativas que ningún gobierno antes ha tenido. Por primera vez veo que hay muestras de querer construir un Estado real para todos y no solo para quien pueda pagarlo. La mayoría de avances no los siento yo en mi día a día porque no están destinados directamente a mi ni a mis queridos amigos clasemedieros, sino a los que históricamente no han gozado algunas oportunidades que nosotros si. Ante esto, las voces del vaso medio vacío dicen que no hay que subsidiar a los pobres, que no a los bonos, que no hay que regalarle el pescado sino enseñarles a pescar, pero eso si, piden, exigen, que el estado garantice a la empresa privada sus ganancias, que provea un ambiente atractivo para la inversión extranjera, en otras palabras gobernar para los que más tienen, para variar.

Antes de que se me mal entienda, aclaro que nadie está hablando de ese mito de que la izquierda se opone a la empresa privada, nada que ver. En efecto, la izquierda moderna tiene claro que hay que estimular el progreso de la empresa privada ya que ésta genera la riqueza y el empleo que el país necesita, pero hay que decirlo, la empresa privada no hará carreteras a menos que estén concesionadas, ni escuelas que no sean privadas, ni hospitales que no te cuesten un ojo de la cara, en fin, ese es papel del estado y ya es hora que todos asumamos nuestra responsabilidad como parte de el, incluido el sector empresiarial.

Por supuesto que el estado es mucho más que obra pública o servicios sociales, también está la normativa de las relaciones entre sus integrantes, donde garantizar las mismas oportunidades para todos pasa por organizar un sistema solidario y eso a algunos les viene como patada al hígado, quieren un mejor país pero no quieren pagar impuestos, quieren que no exista delincuencia pero les vale un comino la desigualdad económica y social que la provoca. Líricamente decimos que nos interesamos por el bien de todos pero indirectamente dejamos que se impongan las reglas de juego que marginan y condenan al que menos tiene gracias a que solo nos preocupamos de nosotros mismos, de nuestra empresa, de nuestro trabajo, de nuestro derecho a ganar más, vivir mejor y no ser molestados.

A veces pareciera que de ecuatorianos solo tenemos la cédula y la camiseta amarilla, pues rara vez actuamos como grupo, no pensamos en que la mayoría de los ecuatorianos son pobres, no tienen opción de hacer una carrera universitaria y ser competitivos, no disponen de servicios de salud, vivienda o empleo. No pensamos en eso cuando nos quejamos, queremos que los beneficios vengan primero a nosotros, al diablo la úrea subsidiada y barata si yo no siembro ni una planta de perejil...

No digo con esto que Correa sea perfecto, tiene mucho que corregir, pero tampoco podemos invalidar que este gobierno hace la mayor inversión social desde que tengo memoria y solo eso, para mi, hace que valga la pena. Aparte, he visto (en el canal público, por si no lo sabían) el trabajo de la Asamblea y francamente estoy muy orgulloso del el enfoque de avanzada que esta logrando el proyecto de constitución, estoy feliz con los derechos de la naturaleza, con que la banca sea un servicio público, con la nacionalización de los recursos naturales, la protección de nuestro patrimonio natural y genético, con el concepto de soberanía... etc. Quien diga que esta Asamblea se parece al antiguo congreso se ve que ya olvidó como era antes.

Estoy de acuerdo en que hay que discutir algunas de las acciones dudosas de este gobierno, pero también discutamos las acciones dudosas de otros actores importantes como la banca, los medios, los políticos, y porque no, sobre nosotros mismos, pues como he dicho antes, el estado somos todos y es hora de hacer algo más que quejarnos, un buen comienzo sería informarnos de lo que realmente está haciendo la asamblea y dejar de repetir y repartir rumores. Sin embargo, quien quiere ver el vaso medio vacío siempre lo seguirá viendo.

Andrés Chiliquinga

miércoles, 4 de junio de 2008

Los filtros de distorsión

Entre las cosas fascinantes de la fotografía, una de las más interesantes, por sus posibilidades lúdicas y prácticas, es el efecto que provocan los filtros sobre la imagen. Recuerdo haber visto en alguna ocasión un catálogo de filtros para muchos propósitos: para alterar el color, el enfoque, el rebote de las luces, para eliminar el brillo, para aumentarlo, filtros polarizadores, etc. Cientos de filtros que sirven, repito, para distorsionar la imagen fiel que obtiene la cámara, para añadir o quitar algo según nuestra intención.

Este mismo principio está siendo aplicado, a mi parecer, por nuestro periodismo criollo. Consiste básicamente en tomar los hechos noticiosos, filtrarlos con sus prejuicios, sus miedos e intereses, y transmitir el resultado de esa colada a sus audiencias. Así, cada artículo aprobado por la Asamblea esconde un demonio comunista o es una máquina del tiempo que hará retroceder al país a la época de las cavernas. No es exageración, más o menos esto es lo que algunos personajes creen, por ejemplo, del concepto del “buen vivir” propuesto hace poco. Escuchando a alguno de los brillantes entrevistados del agudísimo Diego Oquendo, oí decir que el discurso de Alianza País es un discurso sacado de la década de 1960, y que las reformas laborales que se están cocinando en Montecristi podrían hacer retroceder al Ecuador a esa época. Lo que le faltó decir al sujeto es que la creatividad de muchos empresarios al aplicar las leyes mantenía a los trabajadores tercerizados en los 90, pero del siglo XIX.

Los ejemplos abundan, es cuestión de ver las noticias. Cuando el invitado es afín al gobierno, o sin serlo destaca uno de sus aciertos, se relativiza su opinión. Si ese día Ortiz y Vera fueron chuchaquis o el invitado es más pilas y les gana la mano, no importa, el siguiente personaje cumplirá el papel de filtro y distorsionará los datos ofrecidos por su antecesor. Tendrá micrófono libre y no se le cuestionará un solo punto, un solo dato. Fin de la transmisión. Con el filtro adecuado es fácil ver que todo lo que hace Correa es malo, que Alberto Acosta es un sujeto perverso y qué guapa que es Ivonne Baki. Una simple conversación sobre los símbolos patrios es elevada por Félix Narváez a la categoría de noticia estelar, se da el lujo de diseñar el supuesto “nuevo escudo” y cerrar su imaginativa nota con un contundente: “La Asamblea se mete hasta con los símbolos patrios”. Más allá de que habría que darle un guaracazo al Félix y explicarle que para eso mismo es la Asamblea, mamitico, para hacer cambios, ¿significa que debemos creer absolutamente todo lo que dice el gobierno y nada de lo que dicen los medios? No, el asunto es tener presente que cada medio dice las cosas de acuerdo a su filtro, que no existe la imparcialidad y que eso está bien, siempre que se lo admita. Así como cualquier fotógrafo nos puede decir qué materiales usa para su trabajo, nuestros medios de comunicación deberían decirnos bajo qué filtros se producen sus juicios, perdón, sus informaciones, así podríamos encontrar la noticia bajo el prejuicio, la imagen bajo la distorsión.

La ponencia que Freddy Paredes expuso en Fundamedios gira alrededor de un único punto, un cliché finalmente: La televisión solo refleja lo que ocurre en la realidad. No sé si se le olvida o se hace el loco, pero Paredes omite que sobre el lente de sus cámaras siempre está puesto un filtro. Y nosotros no podemos olvidar que esos desenfoques son totalmente intencionados y que, en estos temas, no tienen nada de lúdicos.

lunes, 2 de junio de 2008

Un breve desliz

Hace frío y estoy lejos de casa, el café ha hecho por mi lo que puede, ha calentado mis manos el tiempo que tardo en beber la taza. Se acaba el café y empiezo a temblar, me levanto, camino entre la ventana y mi escritorio, procurándome un poco de calor, no lo logro, la temperatura sigue en descenso. Es inevitable, cada vez que tengo los pies fríos pienso en ella, en lo reconfortante que es, en lo bien que me hace sentir. Pero estoy trabajando, -dejaré eso para después-. Reviso el correo, contesto a todos, un momento en blanco y vuelvo a pensar en ella, no me engaño más, se que la necesito, voy a buscarla. Allí está, pero definitivamente no es mi día de suerte, está vacía, no es posible, una dos tres botellas vacías, me las he bebido todas no queda ni una gota. Que me está pasando, empiezo a preocuparme, estoy empezando a tener problemas con el alcohol, debo estar envejeciendo, como pude olvidar reponer a mi amada compañera de fríos. Cierro la puerta del armario contrariado, como si fuera poco, empieza a llover. Retomo mis labores sin poder concentrarme del todo, como un flash vuelve a mi mente la imagen del armario, veo en medio de las botellas vacías una, con el contenido casi intacto. Incrédulo vuelvo, abro la puerta para confirmar que era verdad, como no la vi antes y yo tan necesitado. La tomo entre mis manos, leo la etiqueta Amaretto, -ah esa era la razón-, es una de esas cursis empalagosas y femeninas bebidas que siempre me han repugnado. La balanceo para constatar esa densidad melosa que me altera, por supuesto la desprecio, como tiene que ser, -Busco alcohol no miel. Por quién me tomas.-

Pero es la hora de la venganza, hace frío, estoy lejos de casa, solo, y es cuestión de vida o muerte: -necesito un trago- así que me como mis palabras y abro esa puerta otra vez, no la encuentro a simple vista, la botellita se ha escondido al fondo, avergonzada de su dulzura. -Está bien, ven para acá, quita esa cara de mosca muerta y deja de coquetearme…vamos a probar a ver que pasa y… luego hablamos-. Se deja, sin oponer resistencia, primero un poquito en la lengua, con recelo, hasta que me atrevo de una vez y la dejo resbalar por mi garganta…entra despacito,… me va subiendo la temperatura milagrosamente. Lo hace bien la muy espesa, me sorprende, la melosita funciona… calienta mejor que las otras, tengo que admitirlo. Muy seguro de mi mismo pienso: bueno, -un solo trago, nada más- –es un caso de emergencia- me disculpo ante mi mismo, -debo estar loco-. Pero al rato me da amnesia, y ahí estoy abriendo la puerta, haciéndome el tonto, destapándola, sin comprometerme, asegurándole que no me gusta, que no se lo tome en serio, -que es algo pasajero- Y me dejo llevar.. . Entrado en calor, el trabajo va fluyendo contesto llamadas, escribo, calculo, imprimo…, hasta sale el sol.

Son las cinco, apago el computador, guardo carpetas, cierro cajones. Recargado y alegre me dispongo a salir, me froto las manos satisfecho, -ha sido un buen día después de todo-, Cierro la puerta, mientras voy bajando en el ascensor pienso: la melosa cumplió conmigo y yo terminé con ella, entonces regreso disparado a la oficina, tiro las botellas en el tacho, todas menos una, que guardo en una bolsa de papel para tirarla lejos, muy lejos, donde no quede rastro de mi desliz, después de todo, tengo una reputación que cuidar.