miércoles, 30 de abril de 2008

El divorcio de Osamaka

Finalmente se divorció mi amiga Osamaka. Ya era hora. Francamente, llegué a pensar que no sería capaz. Ella dice que fue un divorcio exitoso. Supongo que se refiere al Land Rover negro, y a la cuenta de banco. No estoy segura. En todo caso, lo hizo, terminó con su cuento de hadas por voluntad propia. Digo cuento de hadas porque solía presentarse como la princesa Fiona; por vivir en muy muy lejano y por estar casada con un ogro.

La verdad ya me tenía harta con la misma cancioncita; que ya no aguanto más a ese bruto, que aquí se termina todo, que esta vez es definitivo, que del próximo mes no pasa, que después de que Amelita termine el cole, en fin, pretextos no le faltaban para postergar su final feliz. Aunque, siendo sincera, yo nunca supe a ciencia cierta, por qué se quejaba tanto del marido, dicen que “Dios le da barba al que no tiene quijada”. Yo con uno así, me daría por bien servida. Si parece un manso palomo, y hasta donde sé,le consentía todo; hasta se hacía el desentendido con lo del personal trainer y vaya que a mi amiga le gustaba entrenar. En fin yo cumplí con escucharle y fingir que comprendía su tragedia.

Veamos a que se dedica ahora con Amelita en el extranjero, y sin el estorbo del marido. Ya me contó que anda deprimida, que no puede dormir, que no tiene ganas ni de ir al gimnasio y eso, es raro. Seguro ya vendrá a llorarme su soledad, porque así es ella, nunca está satisfecha con lo que tiene.

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