lunes, 14 de abril de 2008

caduno caduno



Me cansé de ser positivo, de buscar lo bueno de cada situación, de brindar el beneficio de la duda, de tratar de encontrar el punto de vista bien intencionado de los otros, de convencer al resto de que caminamos hacia algo y que no todo está mal, de luchar por el cambio. ¿Acaso no puedo yo también ser quejón, parcializado, negativo y gruñón?, ¿no me he ganado el derecho que la mayoría ejerce de lanzar bilis y púas por todo lado?... Se que si puedo y es más, lo necesito.

Lo necesito porque estoy harto de esos los quejosos de siempre que salen en la tele, del Mauricio Pinto metiendo el miedo del desempleo, del Presidente Uribe y sus ministros mintiendo sin miedo, de los periodistas creyéndole, de la prensa “perfecta e incuestionable”, de los programas de farándula, del gremio de taxistas opuestos al gremio de tricicleros, de los choferes que se dan a la fuga, de las tarifas especiales para gringos, de la sangre que eleva ratings, de los presuntos delincuentes, de la percepción de inseguridad, de los policías que cobran coimas para igualarse en la lucha contra la delincuencia, de los ojos de águila que lo ven todo y no se enteran de nada, de la falta de presupuesto para las ganas de trabajar, de que siempre hay otro pendejo a quien culpar.

Estoy harto de Nebot Mesías de guayaquil, de Lapenti agencioso en los comerciales, de las carreteras del gran guayas parecidas a las de la yoni, de las marchas blancas y los crespones negros, de los defensores de dólar y los banqueros, de las diosas de la vida sin excepciones, de los pastores que no vienen a negociar con infieles, de los gays que nunca pidieron nada pero que ahora ponen el grito en el cielo, de las feministas que ven una sentencia de muerte a la mitad de la población, de los asambleístas que negocian por votos, de los términos medios, de los cálculos de costo beneficio, de los sacrificios necesarios, de las muertes inútiles, de la sonrisa colgate del candidato, de los izquierdistas de cafetín, de los que no son opositores pero…, de quienes quieren que el otro sea perfecto, de los que no se alinean porque es menos comprometedor, de los trece millones de directores técnicos, de los que dan instrucciones desde lejos, de los que escriben en la prensa y en los blogs. Estoy harto de todos.

Yo también diré que le quito mi voto al proyecto del Presidente Correa y su asamblea por cambiarse a la vereda de Queirolo, le quito mi voto a la derecha que solo tira para su lado y se opone a los cambios, le quito mi voto a la partidocracia corrupta, al sistema judicial que funciona a dólar, a la delincuencia que se ha tomado las televisiones, le quito mi voto a la policía que no hace nada por falta de patrulleros, le quito mi voto a los medios que manipulan las percepciones, le quito mi voto a las ideologías que están pasadas de moda, le quito mi voto a la violencia y la corrupción, le quito mi voto a la izquierda y a la derecha para que no se enoje nadie, le quito mi voto a este Ecuador que camina hacia atrás, le quito mi voto a la política que solo trae discusiones, le quito mi voto a pensar en el otro para que aprenda a pescar su propio pescado, le quito mi voto a arriesgarme diciendo que apoyo a alguien, le quito el voto a tratar de cambiar un mundo que nunca cambiará, le quito mi voto a las lluvias y al calentamiento global, al frío en las noches, le quito mi voto al que mata un tiburón y al que tira basura en las calles, le quito mi voto al azar que me ha puesto aquí y no en Suiza, le quito mi voto a la tendera que me sube el precio de la cerveza, le quito mi voto al caldo de gallina que sabe a plumas y al brócoli aunque sean nutritivos, le quito mi voto a los salvadores de los pobres que viven en la Gonzales Suárez, le quito mi voto a los malos, los feos, los cobardes, los traidores, los egoistas, los manipuladores, los sucios y los antiecológicos y si me falta algún villano, también le quito el voto.

Lo hago porque puedo y es mi derecho. Este es mi aporte al país.

RC.

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